7 de enero de 2009

Tu piel hecha mi deseo....


La vida es el camino que recorro para llegar a tu lado
Huellas carentes de dirección, sólo el olfato me acerca
A mililitros de ti, puedo oler tu piel deseosa
Saber de tu piel por el palpitar estruendoso que haces al gemir
Envuelto por mi piel, rodeado de mis muslos
Mis entrañas sorbiéndote, en palabras indecorosas
Que me hacen hervir la sangre del deseo
Inflamada de la lujuria al amarte sin reservas
Piel que musita tu nombre piel que se convierte en flama
Como péndulo siento tu centro dilatarse en mi
Entre mis manos estallas, en mis labios viertes tu ámbar dulce
Es el deseo pleno mirándonos en el cielo
Buscando las ganas donde las ganas perecen y estremecen a la vez
Una y otra vez, el deseo desnuda la urgencia de sentirte en mí
Retozar de piel, sin bocetos, sin tropeles, ni pudores.
Cual molino de viento, soplo tu piel impregnándote de mí
Esparciendo en tu boca el néctar de mis manantiales

Tus manos en las mías....

Tus manos en las mías
Tu mirada penetrando mi mirar
De mi boca tu savia dulce
Refriego mi cuerpo en tu silueta
Mis manos como bruma
Recorre cada surco, cada línea de tu cuerpo
Y en esa noche llena de estrellas
El aroma del almizcle se hace sutil
Sin desvanecer el olor del deseo
Con el que impregnamos el lienzo
Donde nuestros cuerpos levitan
Acaricio el deseo mismo con el mío
Sintiéndote en mis entrañas,
Hurgándome la existencia misma
Muriendo en cada instante y reviviendo a la vez
Entre cada sopor de la piel que late cual gemido
Siento tu latir en el confín de mi vientre
Y en cada alarido de hembra sedienta
Es tu nombre que repito

Palpitas en mi apesar de tu ausencia....

Siento la friega audaz
de tus manos recorriendo cada espacio de mi cuerpo
como bruma que me envuelve lentamente
abrigándome el cuerpo erizándome por entero
tu mirada clavada en la mía tus labios a procura de los míos
para sorber de ellos la vida que renace
apaciguando el deseo de bebernos en un beso ardiente
siento el fuego que arde en tu piel al contacto de la mía
convirtiendo-me en brasa ardiente
ante el deseo que se vuelve delicia
siento mi piel y mis labios agitar del encanto
del beso sin labios, el roce sin toque
el toque sin mano la caricia tácita que te hace presencia
la piel que se eriza, el estremecer sin el éxtasis
siento que tu piel cubre mi cuerpo
y en tus ausencias palpitas en mi.