Luz tenue,
piel sudorosa,
olor a
almizcle,
lecho de esencia,
dos siluetas en
una sola sombra,
un incienso que
arde y una llama que enciende un preámbulo.
Un sonido avenido
de las entrañas sublime entrega,
un roce de dedos
en una piel ardiente de pasiones silenciadas.
Una esencia mácula,
frases que se
repiten aglutinándose, que en nada
describen los instantes
pues cada segundo
es irreverentemente irrepetible,
danza sutil que
despierta nuestros deseos,
sombras que
acentúan lo erótico en sombras reflejadas.
Estallidos de
piel y sonidos jadeantes,
horas que instamos perpetuar,
evitando los segundos que advierten el fin en
un orgasmo,
vivencia que deseamos tatuar en una piel
sudorosamente ardiente.
Una sola silueta
hecha de dos cuerpos entrelazados,
un tu y yo hecho deseo, anhelo, ansias,
locura.
Eres el susurro
al sonido en un beso intenso.
Somos remanso de plenitud que deseamos
mantener intacta en el tiempo,
en un prefacio que jamás concluya.
Serás por siempre
el evocar de mis deseos.
De mi espacio dorado, en cada día nublado,
seguirás siendo lo sutil de mi piel.