Alas inmensas se
despliegan entre ambos, elevándonos en una aventura.
Cuerpos
entrelazados, unísonos, apenas en un solo palpitar.
Sentir cada
espasmo de tu placer en mi piel.
Tus excelsos
secretos que sólo yo he podido desentrañar.
Un placer tántrico,
que hemos descubierto en el tiempo detenido,
un abrazo único y
siempre irrepetible.
Una historia
escrita sobre un lecho de crepúsculos robados a la cotidianidad,
sueños hechos anhelos.
Un deseo de
amanecer entre tus brazos, tus aromas,
adentrada de tu
virilidad mismo adormecida.
Quisiera robar
horas al tiempo para componer nuestros instantes.
Pincelar tu piel con el leve roce de mi piel,
fijas nuestras
miradas en un diálogo único e intemporal.
Yo es tu nombre
inmerso en miles de palabras silenciadas en cada místico segundo..