24 de enero de 2012

Cada vez que he querido

Cada vez que he querido oír la voz de alma
De mi piel, de mi cuerpo, ha bastado pensarte en el silencio de mi lecho
Oír el viento entre árboles, el agua gimiendo en su lecho
Y sin pronunciar palabras
En eco lejano cada frase te consigue acariciar
Pues incluso en el silencio logro gritar
Lo que en mi pecho se silencia
Lo que en mi piel robórese
Es como las flautas que susurran el viento
Como de ellas brota la melodía suave
Y hablan del sentir de un alma que se expande
Llena de sentimiento,
Cada vez que he querido oír la voz de mí piel
Me ha bastado pensarte y en ese susurro
Mi cuerpo estremece, mi mar se desborda
Mi vientre te anhela, mis lienzos te gritan
Comprender las palabras dichas del silencio
Apenas con mirar el brillo de tus ojos
Sintiendo el calor de tu piel
Saber de ti es la poesía que renace entre mis letras
Mismo silenciándolas ellas migran para ser el viento que te acaricia