2 de julio de 2015

Palabras silenciadas


Alas inmensas se despliegan entre ambos, elevándonos en una aventura.
Cuerpos entrelazados, unísonos, apenas en un solo palpitar.
Sentir cada espasmo de tu placer en mi piel.
Tus excelsos secretos que sólo yo he podido desentrañar.
Un placer tántrico, que hemos descubierto en el tiempo detenido,
un abrazo único y siempre irrepetible.
Una historia escrita sobre un lecho de crepúsculos robados a la cotidianidad,
sueños hechos anhelos.
Un deseo de amanecer entre tus brazos, tus aromas,
adentrada de tu virilidad mismo adormecida. 
Quisiera robar horas al tiempo para componer nuestros instantes.
 Pincelar tu piel con el leve roce de mi piel,
fijas nuestras miradas en un diálogo único e intemporal.

Yo es tu nombre inmerso en miles de palabras silenciadas en cada místico segundo.. 

1 de julio de 2015

He tanto hablar solo queda el silencio.

De tanto hablar poco digo, porque lo que realmente deseo decir, quedo silenciado en el tiempo.
Son murmullos que no deseas escuchar, son sentimientos que nada te dicen ya, de que vale la pena preguntar si tu alma palpita nuevamente, o si te arrancan los deseos,  si tan solo no puedes estremecerse a mi lado.
De que me sirve estar en el ojo de las tormentas, si apenas veo que ellas remueven y renuevan otras sendas.
De tanto hablar poco digo, porque lo que quisiera gritar se hizo silencio una tarde de domingo.

Son frases balbuceadas que jamás volveré a pronunciar, son palabras dejadas que ya no dicen nada. Como nada dice la mirada cada vez que te sueño.

Yo en mí


No hay imagen más real, ni melodía mas autentica,
que pueda reflejar lo sublime de cada uno de mis pensamientos al recordarte.
Me siento la paleta del pintor dejada a que sus pinceladas
encuentren los matices para dar vida a cada color, policromía sutil, e intensa.
Así de lento es el roce de mis manos en tu piel
en cada pensamiento que recrea un pálpito de emoción.
 Inmenso como el horizonte, que más que abrirse a la descubierta de otro norte,
se abre a lo ancho para abrazar tu esencia en mi torrente.
Una imagen que hace veloz en movimientos diminutos,
 transformando en segundos un rio en afluente abriendose al mar.
 Estás en la melodía que fluye haciéndose eco.
Estas en la brisa que molda la piedra,
eres agua que rasga el cañón convirtiéndolo en inmensidad.
Eres infinito como el firmamento donde el cóndor encuentra su punto máximo de libertad. 
Eres…porque jamás has dejado de ser el Yo en mi.

Dueña

Estoy más sin embargo no siento que las horas pasen, siento que el tiempo se detuvo cuando vi tu retirada. No veo la grandiosidad de la vida, apenas me hago vida en cada instante, un día desee intensamente desvestir este ropaje tejido de piel  que me hace vivir, pero vasto un segundo, una única imagen que exorcizara un quizás, un final no escrito. Hoy la vida me llega como los rayos del sol entre las ramas de inmensos cedros. Hoy la vida adquirió una tonalidad diferente. Aprendí a soslayar la inmensidad del desapego. Hoy los grises me parecen crepúsculos. Hoy porque es la única que realidad que tengo no siendo su dueña, pero ella es el espacio único que me pertenece. 

Tú lo sutil de mi piel


Luz tenue,
piel sudorosa,
olor a almizcle, 
lecho de esencia,
dos siluetas en una sola sombra,
un incienso que arde y una llama que enciende un preámbulo.
Un sonido avenido de las entrañas  sublime entrega,
un roce de dedos en una piel ardiente de pasiones silenciadas.
Una esencia mácula,
frases que se repiten aglutinándose,  que en nada describen los instantes
pues cada segundo es irreverentemente irrepetible,
danza sutil que despierta nuestros deseos,
sombras que acentúan lo erótico en sombras reflejadas.
Estallidos de piel y sonidos jadeantes,
 horas que instamos perpetuar,
 evitando los segundos que advierten el fin en un orgasmo,
 vivencia que deseamos tatuar en una piel sudorosamente ardiente.
Una sola silueta hecha de dos cuerpos entrelazados,
 un tu y yo hecho deseo, anhelo, ansias, locura.
Eres el susurro al sonido en un beso intenso.
 Somos remanso de plenitud que deseamos mantener intacta en el tiempo,
 en un prefacio que jamás concluya.
Serás por siempre el evocar de mis deseos.

 De mi espacio dorado, en cada día nublado, seguirás siendo lo sutil de mi piel.

Hoy soy y me permito ser....

Hoy amanecí con la sensación de alcanzar lo inalcanzable.
De sumergirme en la intensidad de mis años.
Hoy siento la madurez hecha primavera.
Hoy me permito invertir la esencia de los sentidos, 
de expresar que saboreo cada imagen que veo, 
que veo cada aroma, que respiró cada sabor, 
que siento en mi piel el roce de cada sonido, 
y que oigo cada imagen. 
Hoy siento que todo es posible, que puedo ser prudente y a la vez irreverente, 
que puedo ser discreta y estridente. 
Que puedo delinear mis labios de colores y usar el rojo carmín. 
Tengo la edad justa de ser lo que quiera ser,  
sentirme divina y desayunar con una copa de champaña. 
Tengo la certeza de poder enamorarte y desearte sin esperar que seas tú a iniciar el cortejo.  
Hoy me permito decir que siento en mi piel las caricias del sol mismo que no logre ver más allá con la neblina. 
Se es, no  nos hacemos. 
Estamos el tiempo que deseamos pues nadie nos espera. 
Así qué el tiempo es apenas un reloj que marca las horas. 
Hoy me permito decir que mis horas se tornaron minutos y que el día tiene más que 24 horas.  
Veo en cada mirada un espejo donde me veo reflejada, y me veo una mujer divina. 
Alguien que es esencia de primavera, brillante como el verano, 
brisa que no se atrapa como otoño y místicamente sublimé como invierno. 
Hoy soy lo que siempre he querido ser, despliego mi brillo y marco presencia. 
Puedo cruzar la línea, desnudarme sin hacer a un lado mi ropaje.  
Hoy el tiempo no decide lo que soy.