6 de diciembre de 2007

Entregas en el alba


Mi cuerpo yace fresco
como el pétalo de una rosa
en el alba de un día que despunta.
Y en murmullo me incitas a un dulce despertar,
pretendiendo que responda entre los abrazos,
a tus caricias seductoras que abren paso al erotismo de la piel.
La magia siempre esta presta a despertar,
quizás solo con el suave roce de una palabra,
que insinúe el deseo de sentirse besado,
o una frase que diga a gritos,
toca el alma de la pasión escondida,
que se escurre por la piel,
dejando insinuar las ansias de poseernos,
hacer de uno lo que del otro es,
el olor de tu piel se torna intenso
y el deseo de desleírme en ti es evidente
tu esencia pincelada en mi piel evoca en humedad,
deseosa de sentir tus manos en mi piel.
Sentir el aglutinar de tus deseos conspirando con los míos,
el ruido al tragar en la garganta,
humedeciendo nuestros labios ante la secura de la boca.
Bocas ansiosa de recorrer cada palmo de piel ardiente,
descubierta por la mirada de unos ojos negros,
que pincelan cada recanto.
Siento tus manos que recorren este cuerpo de mujer
que palpita por sentir tus ansias en ella acabar
descender por mi vientre hasta fundir lo cóncavo y lo convexo
En un mimo retozar deseos anegados con la ambrosía
que brota a torrentes de sus nacientes.
Ante tus caricias arqueo mi espalda,
los sonidos enmudecen ante el gemido.
El deseo rasgo el ropaje mundano,
para transformarlo en pasión encendida.
No hay espacio al retorno en ese abrazo, la danza del deseo toma vida.