1 de julio de 2015

Dueña

Estoy más sin embargo no siento que las horas pasen, siento que el tiempo se detuvo cuando vi tu retirada. No veo la grandiosidad de la vida, apenas me hago vida en cada instante, un día desee intensamente desvestir este ropaje tejido de piel  que me hace vivir, pero vasto un segundo, una única imagen que exorcizara un quizás, un final no escrito. Hoy la vida me llega como los rayos del sol entre las ramas de inmensos cedros. Hoy la vida adquirió una tonalidad diferente. Aprendí a soslayar la inmensidad del desapego. Hoy los grises me parecen crepúsculos. Hoy porque es la única que realidad que tengo no siendo su dueña, pero ella es el espacio único que me pertenece.