28 de enero de 2008

Una silueta, dos esencias....


Desperté mirando el cielo
y verle colmarse de estrellas.
Tus manos en mi piel, resguardando mis temores
mis ansias hechas jardín sobre tu dermis.
Despertarme y sentir tu presencia hecha cuerpo
posar mi cabeza sobre tu pecho, mis manos recorriéndote lentamente
cabalgando en tus praderas, alcanzando la cúspide de los sentidos,
acicalándome en tu presencia, dejando entre lo oculto y lo evidente
el paso de una clareada insinuación.
El placer de estremecer ante el caudal de dos mares desbordados
piel anochecida que despierta en la alborada en un entramado
en arrítmicos susurros destellantes de locura.
El paso de las horas detenidas entre caricias hechas eternas
entre silentes gemidos de un amor clandestino profesado.
En la piel cual papiro escritas historias en arabescos
sólo descifrados en el porque de cada entrega plena entre Tú y Yo.