18 de noviembre de 2008

Sobre mi piel humedecida...



Sentirte como seda fría
En encaje que cubre mi cuerpo
Es vivir en un intenso y constante
Preludio de placer-
Te adhieres a cada pliegue
Abriendo mis torrentes que preparan
El escenario perfecto de tu entrada
Es el olor de hembra humedecida
Es la piel erizada que estremece al tacto
Es ante tu mirada minuciosa
Alumbrar un cuerpo que esbelta yergue
Sus voluptuosas formas a modo del convite deseado.
Las palabras silencian mientras las miradas
se tornan celosamente una afrenta.
Mis manos descienden a procura de tu erecto desear.
Mil frases tacitas explotan en gestos, caricias y hogueras.
Convergiendo a un solo estar, sentir, estallar.
Cóncavo y convexo se arquea, se acopla sobre el arenal templado
en un oasis hecho para saciar la sed del deseo
para convertirse en brasa ardiente que nos funda en un solo desleír.