8 de junio de 2008

Hoy fui Yo...la sorprendida.


Entre como cada noche, deseando que llegaras a casa
La luz apagada, pero un cierto olor a canela y coco que me eriza la piel
Como de costumbre entre en la alcoba soltando los zapatos desnudándome.
Pues la jornada ha sido exhausta, el trafico inclemente
Quiero estar hermosa para cuando llegues a casa, bañada, perfumada
Y hoy me provoca recibirte semidesnuda, hacerte sudar desde que entres
Ese aroma en el ambiente me comienza a encender las ganas,
Creo que es el deseo que me hace imaginar cosas.
Abro la puerta del baño y mi deleite total
Luz de velas encendidas, el incienso de coco y canela
Tu mirada expectante, mis deseos enardecidos, mi deleite pleno
Hoy fui yo la sorprendida….
Jamás imagine poder ser asombrada, pero sí.
Quien dijo que el hombre no es capaz de seducir a su hembra deseosa
No se si lanzarme y comerte a beso, o seguir recreando la seducción
Que tu has deleitado para mi, lentamente voy a tu encuentro
Miradas penetrantes cargadas de morbo y deseo
Entro a tu mundo lleno de espuma y esencias plenas
Como sabes que me excita sentirme resbalar por tu piel
Me abrazaste, y me senté sobre tus piernas abrazándote
Nuestros pechos humedecidos, unidos, erizados
Mientras nuestras bocas se comían de placer.
Uhmmmmmm hoy eres tu el que me aparta lentamente
Y tomas dos copas de champagne para brindar
Copas de cuello alto cual erecta tu esencia
Sorbemos mientras dejas mitad del contenido
Que viertes entre mis senos mientras lo sorbes con tu lengua en mi piel
Como me haces sentir, en ese mar de placer, curvas mi espalda
Muerdes mi pecho lentamente jalando mis brotes con suavidad
Arrancándome gemidos, entre pompas de jabón jugamos entrelazados
Nos deleitamos en sentir la piel del otro mientras nos resbalamos
Uno en el otro a modo de rozarnos y retozarnos de lujuria
Las ganas despiertan y el deseo de sentirte en mis entrañas me incita
Y cual oleaje en un trocito de mar nos entregamos
En sentirnos estallar, sentir el palpitar de tu cuerpo en el mío
Entre orgasmos, decantes y silentes remansos nos cubrimos en un abrazo
Dejando mi espalda sobre tu pecho, tus piernas ciñéndome a tus ancas
Tus manos acariciando mis senos mientras las mías juegan en tu entrepiernas
Así dejamos el tiempo que siga solo su curso, hemos detenido las horas
Para sentirnos esencia, embelesados por la música que aún toca
La luz que aún arden, y el aroma del incienso que aún da vida
A las llamas que aún arden, en el juego tántrico de caricias.