Miles de corazones palpitan al mismo ritmo en un mismo sentimiento, es hermoso ver y sentir como esa efervescencia llena un mundo tan material.
Enalteciendo en la poesía el Amor, el palpitar del alma. Muchos son los espacios dónde esas pinceladas alimentan los cuadros de mi alma.
Mientras las plumas sean los instrumentos que usa el corazón para dejar sus murmullos en un papel convertidos en palabras, siempre vivirá ardiendo como la Musa que dosifica nuestras almas.
Ese roce del Amor que siento como lo terso de la piel de un recién nacido al que hay que cuidar y extremar hasta en las caricias que se le den.
Nada más hermoso que Amar porque si, sin razones, ni motivos, en el desleír del sentirse derretido en otra piel, en otro ser que al igual que uno palpita en simultáneo.
