16 de julio de 2008

Perturbando la quietud de la noche....


Allanando tu arenal de piel humedecida, sudorosa y calma,
busco entre cálidas caricias despertar tus sueños.
Son mil besos los que adornan las ansías
que suspiran jadeante intuyendo mi llegada.

Pretendo deseosa saltar a tus brazos,
cuando contemplo ese mirar tan extasiado, feliz,
esa cálida sonrisa de inocencia mágica
donde habita el placer más sublime y deseoso de salir.

Detengo mis pasos, para posicionarme detrás de ti,
mientras miras el sol renacer desde la ventana
ese amanecer que nos dice, cuan intensa fue la noche
y abrazar tu cuerpo cruzando mis manos en tu pecho

Ciñendo mi pecho contra tu espalda
mientras poso mi rostro sobre tu hombro
para divisar el horizonte que contemplas
como no amarte intensamente.

Si en cada respirar, siento la vida
que se cuela en cada ápice de mi Ser.
Siempre estas presente para ensoñarte en cada instante.
sintiéndome placida cuando giras tu cuerpo y me abrazas
arrancándome mil suspiros de mi garganta.

Aunque las palabras se transformen en miradas
sin pronunciar sonido, su silencio dicen más
que los susurros y murmullos.

Ese ritmo, suave al principio,
lo deciden nuestros cuerpos entregados en la flama.
Nuestro tiempo y cuerpo estallan,
no existen universos somos dos seres apasionados,
ciegos, fundidos...excedidos, sin desear, ni poder soslayarlo,
como lunas libidinosas perturbando la noche.