16 de julio de 2008

Sexo...instinto carnal.


(Creo que lo mágico e intagible hace la diferencia entre Amar en plenitud, y cópular.)

Cuando miro lo banal de una entrega
sin que en ella haya el más mínimo afecto
Siento tan sólo dos cuerpos que se retozan de deseo
sin que el lenguaje del Amor
Sea el marco que flamee en ese desleír intenso.
Cuando sólo es carne y cuerpo lo que posa sobre mi cuerpo,
invadiéndome el placer.
Creo que destruyo poco a poco mi esencia de mujer
que para allá de la frialdad busca el calor del abrazo,
se siente hueco el instante, los labios no se unen jamás.
Sensación ingrata, contagia al justo evaporándose en la alborada.
Cuando luego del instante ese espacio vació deja un amargo sabor de boca.
El cuerpo es inerte no tiene arbitraje,
se vive el instante solo se controla por la mente
poseída feneciendo con el éxito pero carente de afecto.
Y es cuando nos miramos al espejo y la duda se ostenta pavonando,
la culpa se escuda tras la premisa de fue una noche de locura
un instante nada más dónde el deseo fue sólo eso
penetrando en el alma las heridas del falso querer.
El olvido se desea como artesano del borrado
para execrar esa sensación de entrega hueca
sólo para saciar la carne perniciosa del ser carnal.