Cuando siento tus cálidos labios rozando los míos
este mar que llevo dentro encrespa rugiendo en atrevimiento
y mi lengua perfila sus formas entreabriéndolos suavemente
pues nuestras bocas fueron hechas para acóplanos
a los deseo de saciarnos, sin tiempo ni medidas.
Cuando beso tus labios en la escala de lo sublime al deseo
Siento mil nubes enrojecidas por el mismo sol en un atardecer
Como si mis manos al fin lograran unir mar y cielo
Sobre un mismo preludio, envolviéndonos en mil estallidos
Cuando tus labios y los míos juegan al amor entregando el alma misma
En un brindis requintado, lleno de burbujeante espuma
Los mares de mi cuerpo se derraman y mi piel sedienta
Por sentir tus manos esbozando serpenteos
Y ante ese beso dulce cierro mis ojos para sentir las sensaciones
Del amor en pleno éxtasis al sentirte en mis adentros
Invades mi plenitud, exacerbas mi bestia fémina
Cuando la piel se roza, ceñidos en un solo ser los labios
Son la pluma de oro con la que se sella un pacto eterno
Sobre el pliego de hebras de lino dónde la razón enmudece
Se vive de libertad, sin ataduras, indetenible corcel
Que se nutre de lo que nos corre por las venas del alma
Nutriendo el palpitar de un corazón que pareciera querer
Rasgar el pecho y vive del respiro de tu aliento..
este mar que llevo dentro encrespa rugiendo en atrevimiento
y mi lengua perfila sus formas entreabriéndolos suavemente
pues nuestras bocas fueron hechas para acóplanos
a los deseo de saciarnos, sin tiempo ni medidas.
Cuando beso tus labios en la escala de lo sublime al deseo
Siento mil nubes enrojecidas por el mismo sol en un atardecer
Como si mis manos al fin lograran unir mar y cielo
Sobre un mismo preludio, envolviéndonos en mil estallidos
Cuando tus labios y los míos juegan al amor entregando el alma misma
En un brindis requintado, lleno de burbujeante espuma
Los mares de mi cuerpo se derraman y mi piel sedienta
Por sentir tus manos esbozando serpenteos
Y ante ese beso dulce cierro mis ojos para sentir las sensaciones
Del amor en pleno éxtasis al sentirte en mis adentros
Invades mi plenitud, exacerbas mi bestia fémina
Cuando la piel se roza, ceñidos en un solo ser los labios
Son la pluma de oro con la que se sella un pacto eterno
Sobre el pliego de hebras de lino dónde la razón enmudece
Se vive de libertad, sin ataduras, indetenible corcel
Que se nutre de lo que nos corre por las venas del alma
Nutriendo el palpitar de un corazón que pareciera querer
Rasgar el pecho y vive del respiro de tu aliento..
