Hoy, más que nunca deseo tenerte a mi lado, sentir el roce de tu piel en la mía, haciendo de las caricias nuestras, entregados en una sola hoguera, que flamea el alma y vuelve nuestros cuerpos brasas perennes.
Poder correr a tus brazos, y sentirme protegida, amada, deseada y complacida. En cada mirada sentirme reflejada, sentir tus labios recorriendo mi geografía corporal, saboreándome dulcemente, despertando la mujer que brota ante tus caricias y anhelos, tus ojos brillantes ante la desnudez de mi cuerpo a la que despojaste de su ropaje.
Tus manos envolviendo mis redondeces erectas ante la magia sensual que despiertas en mi.
Perderme en ti, en un respirar jadeante, convulsionando sobre tu cuerpo mimado entre caricias profanas.
Desentrañar en tu cuerpo el placer de lo que ocultas que estalla en gemidos, recorriendo tu universo que se yergue ante el calor y la humedad de mi caverna, que hurgas con tus manos, aferrándote con tu boca tratando de sorber la ultima gota que sacie tu sed.
Pierdo mi conciencia cada vez que en horcajadas sobre ti nos rendimos ambos al placer incitado por el deseo de sentirnos, y en ese arder cual hogueras nos corremos al unísono tiempo rompiendo el silencio que sólo se arrullaba con nuestros gemidos.
