21 de mayo de 2008

Enciendes mis fuegos...

Buscar palabras para explicar, lo inexplicable
es derrochar el tiempo que deseo vivir en plenitud.
Si existen llamas en una mirada, tan sólo enciendes las mías
si el fuego brota de la piel, hace un instante las llamas dieron vida,
a este fuego que no se sosiega con el agua.
Haz enardecido mi fuego con tus flamas intensas
un rescoldo que se mantiene al rojo vivo
con el simple frote de tus labios y la humedad de tu boca
cuando me recorres la piel dejándome embebida con tu saliva
con tu boca me haces estremecer cuando juegas con mi feminidad.
Cuando tu piel roza la mía en frenesí total,

la sublime ambrosía que emana de tu cuerpo.
Estimulándome entelequias, y entre suspiros que se tornan gemidos leves
incinerándose la piel, adueñándote de mí, hasta fenecer entre tus brazos.
Es ese penetrar de mi cuerpo en cada afrenta
cuando me declaras la guerra atacándome por todos los frentes de batalla
entre sabanas blancas, frías en días de calor intenso.
Déjame morir cada noche en cada alforza de tu cuerpo
rehundirme en ti en cada gemido profundo que brota del alma
y de cada poro haciendo eco en tus deseos.
Para deslizarnos entre nuestros brazos rendidos a caricias
luego del momento fantástico mas anhelado en coetáneo