22 de mayo de 2008

Mi vida... una Rosa...


Una rosa, cual vida que se abre en el silencio de la noche
como el adiós que se dijo, y el hola que se anhela,
es la caricia helada que se deshiela con el calor de las hogueras que no se apagan
recorriendo su tronco las espinas que te enseñan
que el apretarlas entre las manos, te harán heridas lacerándote la piel
provocándote un dolor intenso que traspasa el corazón.
El cobijo de su follaje acolcha atenuando las heridas.
Pero sigue siendo la más hermosa entre todas , como la vida misma.
Su tronco fuerte es el camino que transito día a día,
enfrentando mi más acérrimo enemigo Yo,
abrazando el más leal de todos mi esencia hecha persona.
Sus follajes brotan del camino como los amigos, la familia, los amores, las personas
Que se van ocupando un espacio en nuestros sentimientos.
Muchos son los inviernos que embisten, testando la fortaleza de sus raíces
Nuestro legado pasado que marco sus huellas como hierro a rojo vivo.
Para convertirnos de un hermoso brote en una hermosa rosa.
El misterio queda en lo sutil, lo suave, lo colorida, el aroma, su tenacidad
Su cuidado, pues el Jardinero muchas podas debió hacer en su crecer
Para abrirse al sol cada mañana y retener en sus pétalos el orvallo
Para ser tomada en el rocío y ser puesta en tus manos.
volviendo a renacer desde el sitial dónde detuve mis pasos
Coloco la rosa en sepia, para que en cada llovizna vaya tomando el color
Con el que debió abrirse al mundo regalando su esencia.
Así como tus labios quiero descubrir el color de ellos y el sabor de tus besos.
Ájame con esa rosa que tienes en tus manos, descárname la piel
Como si podaras el jardín para retoñar en la primavera
Injertándonos en un mismo tronco siendo dos géneros encontrados
En una mirada descubierta en la sonrisa de un consentimiento.