6 de abril de 2008

Deseos de poseernos....

Una vez mas entregados a lo que sentimos en ese cuarto de hotel, alejados del mundo, del tiempo y de las horas, comiéndonos por entero en las ganas que incendian nuestros instintos, Tomándonos en un beso con sabor a añoranza, tus labios tersos, húmedos, que deleito delineándolos y entreabriéndolos mientras les mordisqueo, tratando de alargarlo por los minutos posibles, mientras nuestros cuerpos caen derrotados ante tanta pasión.
En ese beso intenso donde nuestras lenguas copulan entre ellas, mis manos rozan tu espalda y las tuyas contornan mis redondeces.
Ese sujetarme dónde me anclas a tu cintura y mis piernas contornan tu cuerpo, surco cada pliegue de tu oreja con mi lengua mientras te susurro cuanto te deseo, y tu llevando mi cabellera a un lado besas mi cuello, delineas mi hombro mordisqueándome, erizándome la piel.
Derrochándonos, enredándonos la piel en formas irreverentes, en movimientos llenos de lujuria instantes que solo el deseo da la postura sin buscarla.
Cualquier lugar es posible mientras el deseo en efervescencia marca el compás. Me haces estremecer entre tus piernas, penetrándome las entrañas, mientras elevas mis piernas, besándome los tobillos sintiéndote por entero en mi forja interior.
Tus manos desojando pétalos que se abren a ti, deleitándonos en un intenso mar humedecido, dónde cual manantial los torrentes de desgranan, ya no hay instante para retroceder los deseos surcan el éxtasis en esa afrenta que sólo el explosionar nos acerca al vaciarnos de placer.
Dónde los gemidos estallan en un grito, desenlazando un sinfín placeres en cadena que marcan el punto más intenso para luego rendirme sobre tu piel sudorosa deleitándonos del placer en caricias erógenas que aún invitan a continuar en un preámbulo que se adentra en los deseos de poseernos.