14 de abril de 2008

Urgiendo el tiempo...en vuelo alto.


En aquel diciembre dos sueños inimaginables,
repletos de anhelos volaron al firmamento,
recorriendo el mundo,
afanados por encontrar respuesta.
Distancias impetuosas entre dos mares distantes,
encuentros inconcebibles en lo posible,
de direcciones contrarias venidas,
se conjugaron en un mismo punto de encuentro.
Un sorpresivo impacto les hizo colindar en su vuelo alto,
sin desplomarse tan solo se fundieron, traveseando sus anhelos,
envueltos en el púrpura de una luz violeta.
Destinos predestinados quizás envolventes,
o tratando de renacer de las quimeras de abismos solitarios,
negados a perecer ante el desamor,
Deseosos de perpetuar sus alas en vuelo
soñando en un horizonte a medio templar.
Surgiendo entre ellos una chispa incendiaria liberta de la nada,
cual lenguas de fuego emerge, dando vida al renacer de la esperanza,
un tributo de vidas pasadas o predestinadas al encuentro.
Si tuviera que describir el sentir de un alma rebozada,
debería recrear el cielo y la tierra en la línea horizontal
unida por afectos, querencias, anhelos y sueños,
en un vasto horizonte
dónde mi realidad en un instante se cruza en la tuya,
una sonrisa diáfana que brilla y se comparte bajo un mismo mirar
en la presencia ausente de ambos.
Uno evocando los brazos del amor,
envolviendo un cuerpo etéreo a quien entregarse en alma y corazón.
El otro temeroso de sentir de nuevo el sonido del cristal
que se despedaza ante el asumirse amado, deseado,
irremediablemente desertado de lo que creyó perpetuo
Urgiendo el tiempo achicando la espera,
para ver en el brillo de quien ilumino su vida,
y sentir el reflejo palpable de la reciprocidad.
Así entre redes efímeras a modo inverosímil
surge una llama fugaz como la luz y el rayo del arco iris
brotando un si y un te amo,
de esos labios que se negaban temerosos a recitarlo.
El tiempo apremia y arrecia el deseo,
las ansías expectantes de un abrazo hecho carne, calor de piel.
Un juego de manos, que cifran el vuelo de gaviota
que se alza en vuelo al encuentro, recorriendo un océano intenso
para decir en murmullo, que en su corazón
ha guardado un beso que desea en tu boca fraguar.
***
Naquele Dezembro dois sonhos inimagináveis,
repletos de anseios voaram ao firmamento,
percorrendo o mundo, afanados por encontrar resposta.
Distâncias impetuosas entre dois mares distantes,
encontros inconcebíveis no possível,
de direcções contrárias vindas,
conjugaram-se num mesmo ponto de encontro.
Um supressivo impacto fez-lhes colinear em seu voo alto,
sem abater tão só se fundiram,
tracejando seus anseios, envolvidos na púrpura de uma luz violeta.
Destinos predestinados tal vez envolventes,
ou tratando de renascer das quimeras de abismos solitários,
negados a perecer ante o desamor,
Desejosos de perpetuar suas asas em voo
sonhando num horizonte a médio temperar.
Surgindo entre eles uma chispa incendiaria
liberta da nada, qual línguas de fogo emerge,
dando vida ao renascer da esperança,
um tributo de vidas passadas ou predestinadas ao encontro.
Se tivesse que descrever o sentir de um alma devassada,
deveria recrear o céu e a terra na linha horizontal
unida por afectos, querenças, anseios e sonhos,
num vasto horizonte onde minha realidade
num instante se cruza na tua,
um sorriso diáfano que brilha
e se compartilha baixo um mesmo olhar
na presença ausente de ambos.
Um, evocando os braços do amor,
envolvendo um corpo etéreo a quem se entregar em alma e coração.
O outro, temeroso de sentir de novo o som do cristal
que se despedaça ante o se assumir amado, desejado,
irremediavelmente desertado do que creu perpétuo
Urgindo o tempo atenuando a espera,
para ver no brilho de quem alumio sua vida,
sentir o reflicto tocável da reciprocidade.
Assim entre redes efémeras a modo inverosímil
surge um lume fugaz como a luz e o raio do arco-íris
brotando um Sim, e um Te Amo,
desses lábios que se negavam temerosos a recitá-lo.
O tempo premia e arreia o desejo,
anseiam expectantes de um abraço feito carne, calor de pele.

Um jogo de mãos, que cifram o voo de gaivotas que se alça em voo ao encontro,
percorrendo um oceano intenso para dizer em murmurejo,
que em seu coração guardou um beijo que deseja em tua boca franjar.
Traducción
y montaje fotográfico
hecha por María Lasalete Marques.