¡Puros, deslaves, torrentes fluidos bordeando tu piel, llenándola toda!
Gotas que acarician en descanso tus pliegues, entre el cuerpo y el alma, la boca y tus besos, tus ojos y ese mirar que me invita a caminar con mis labios sobre tu abdomen, sobre tus esferas y tus cielos, tu promontorio, perdiéndome en el trinar de las aves que toman vuelo en cada gemir. Que destapa un beso fugitivo que corre a esconderse en tu piel, dentro de ti…. Mientras mi mente dibuja celosa un Dalí de fuego sobre tu piel, con mi oleo húmedo y tu pincel de fuego sobre el satén que cubre mi piel.
Desnudándolos en un lienzo blanco para crear sobre sabanas blancas las líneas que tras una inmensa pasión quedaran en mi sueño.
