27 de febrero de 2008

Cristal roto....

En la quietud del Páramo, en el eco del viento entre las montañas
Que se erguían en el horizonte sentí mi vida en retazos, como cristal roto
Dónde al mirarme contemplaba mil miniaturas de mi esencia, de mi rostro
Y cual gotas húmedas de neblina, alce mis manos al cielo
Para pedir al cóndor Blanco de mi Páramo que me subiera a sus alas,
y en un vuelo me mostrara el camino a seguir.
No se si fue real o apenas un sueño anhelado
En sus alas, con el azul del cielo en mi horizonte
En un instante mire en el reflejo del agua, y vi tu rostro, vi tus deseos míos
Era como si quisieras abrazarme, abrazando la niñez abandonada
dulce y calma, sin tiempo, tan solo ceñida al calor de una piel
sintiéndome protegida. Tu voz cual susurro de mujer enamorada
componía para mi una canción de cuna arrullándome los sueños ambicionados.
En tus brazos encontré la quietud de tantos miedos y temores.
Encontré el puerto dónde atracar mi cuerpo cansado de navegar
sin rumbo, ni viento que impulsara mis velas.
Fuiste farola que alumbro mis días, mis noches mis aciertos y desvaríos
tu mirada fue luz en mi existir.
El calor de tus abrazos pilar en mis caídas, cimientos en mis derrumbes.
Quise sentir el Amor rozar mi piel, noche tras noche sin tropezarlo apenas.
Conocí el amor que yo misma dibujaba cada mañana con el alba
y el despertar del sol sin advertir que el amor se alimenta del amor de dos.
Me enseñaste día tras día entre besos y caricias el sentír de un Amor
que se crece cada día cubierto con el áurea misma del Amor que lo engendra
en cada entrega sin esperas.