14 de marzo de 2008

Como adoquines empalmados, Tú y yo....


Adoquines empalmados, cimientan el mural de nuestros sentimientos
Mis labios sorben de los tuyos la dulce miel
Mi piel arde en un intenso fuego que se aviva ante tus llamas,
Me reclinas suavemente sobre la losa de la cocina
Pues el camino se hará distante al lecho cálido
Me subes al mesón degustándome la piel y el néctar de amapolas
Que sorbes entre jadeos susurrantes que mi placer hace evidente
Mi espalda curvilínea mi piel estremece entre cada alzada
Tus manos saben dar el tirón a la cuerda del arco tentándole al roce del culatin.
Declino de ser sorbida de a pocos y de tu gajo deseo embriagarme.
Juego acompasado de lujurias interminables, mis uñas encajan en tu piel,
Me alzas encumbrándome en tu pelvis marcando el inicio y el final
Solo tus pisadas en el suelo, mis piernas envolviéndote para no liberarte jamás
cual inserto acoplas en mi, afinadamente cual punta y caño de una flecha
retrocediendo para mantenernos prensados por largo tiempo
para explosionar en el instante justo dónde fallecen los deseos.