Una leve semilla, en la tierra fértil cayóEntre las caricias del sol y la humedad,
sus raicillas abrió.
A tientas fue buscando la luz,
rasgando la tierra que la cubría
dejándose ablandar por las aguas que le troceaban la piel.
Creció entre cardos y nardos.
Entre la furia del viento, y lo agreste del verano
Fortaleciéndose tentando el suelo en busca de agua
para no morir de sed.
Emergió de la nada, adormecida y desnudo sus ramas al cielo.
Sin ser nada, en hermosa planta se convirtió
en cada roce del alba abre sus capullo
Que en flor se convierten y al despertar del sol
Una azucena blanca, regala las vestiduras blancas
De la pureza y el amor.
Así en cada germinar de una flor
Una caricia de amor
En cada pétalo un roce de piel
Para entre estilo y estigma su polén verter
Dándo vida a la vida misma
En mil historias sin concluir
regalándose en forma de brotes de amor.
Emergió de la nada, adormecida y desnudo sus ramas al cielo.
Sin ser nada, en hermosa planta se convirtió
en cada roce del alba abre sus capullo
Que en flor se convierten y al despertar del sol
Una azucena blanca, regala las vestiduras blancas
De la pureza y el amor.
Así en cada germinar de una flor
Una caricia de amor
En cada pétalo un roce de piel
Para entre estilo y estigma su polén verter
Dándo vida a la vida misma
En mil historias sin concluir
regalándose en forma de brotes de amor.
