Cae lentamente el crepúsculo, la noche llega envuelta de calinatornándonos más inquietos que de costumbre
atildándonos con sueños e realidades,
la luna serena se escondió celosa de nuestra entrega,
dos velas encendidas que has puesto intencionalmente en la puerta
mil pétalos desojados indicando tus deseos de abrazarnos en el agua templada
del jacuzzi que nos deleita entre espumas e caricias.
Noche con deseos de ti, con los pasos anticipados a tu piel y encuentro
tú me esperas, me allego despojándome lentamente cada prenda,
miras deseoso con el apetito encendido,
tus ojos se inflaman cual antorchas
ante mi pausada desnudez.
Ambos deseosos de permanecer enroscados muy uno en el otro
entre el espumarajo de las agua, dos copas de champagne
para celebrar la vida misma pues cada día celebramos lo posible.
no necesitamos fechas especiales, para brindar por lo que somos
Entro en tu espacio y me ciñes a ti en un beso loco de ansias
Deseoso de sentir el sabor de miel de mis labios, me besas una y otra vez,
siempre el siguiente más intenso que el anterior
como si despierta de a poco el fuego encendiéndote la sangre.
En un preámbulo acuoso, cruzo mis piernas a tus caderas,
mientras mi pecho roza el tuyo estremeciéndote la piel,
me alza levemente y sobre tu yerga esencia
coronas mis entrañas palpitantes de ti.
Evidentes deseos hechos espasmos, ganar, roces, caricias y besos.
Todo un lenguaje corpóreo que desprecia la distancia,
el separarnos nuevamente en dos seres amantes.
La luz de las velas cesan y el rayo de luna entra por la ventana,
los claroscuros son más intensos y sepan el deseo mismo, que gimiente se alza
cual el toque alzado de las copas en brindis.
El lecho nos llama y secas mi cuerpo con la sutileza del toque,
envueltos en la magia brindamos por lo que nos enciende
viertes en mi cuerpo ya extendido entre sabanas
el frio contenido de tu copa convirtiendo mi cuerpo en el surco
y mi vientre en el cáliz donde sorbes del dulce destilado.
