11 de marzo de 2008

Llegaste a mi vida rozándome la piel.

Como el alba que aclara los cielos en noches oscuras
Vienes a mí con el letargo de los sentimientos,
repletos de sueños que creías inadmisibles,
cual vaho ligero aplacas mi sed deshumanizada
por temores que ya son cicatrices en el tiempo.
Entras en mis fibras como la energía del universo mismo,
desde las plantas de mi ser
haciéndome congraciar con el Firmamento
Me abres el telón en una vida hermosa,
llena de un horizonte, trinos de aves, fuentes,
un al presente escrito en el ahora,
sobre un jardín hermoso esparces aún más la belleza
recreando ante mis pies un jardín zen.
Erradicas la mustia de mi rostro, arrancándome la sonrisa
devolviéndole el brillo de mis ojos, el olor a piel.
Argamásame mi esencia, y molda mis temores a tus afectos,
escúlpeme cual mármol rosa y hazme en tu piel
congraciarme con lo etéreo del Amor.